Cómo Limpiar tu Bicicleta Sin una Gota de Agua

Existen pocas experiencias como la de montar una bicicleta limpia, No sólo se ve increíble, además rueda mejor, y te ahorra un buen dinero alargando la vida útil de la transmisión y los componentes.

Así que, sabiendo eso, te damos la bienvenida a nuestra detallada guía para mantener tu bicicleta reluciente, sin desperdiciar ni una gota de agua.

Empecemos con la cadena y los jockeys o rodajas

Antes de llenarte de aceite para nada, revisa si la cadena está en buen estado, ¿para qué perder el tiempo limpiando algo que vas a tener que reemplazar? En este artículo puedes aprender a revisar tu cadena y cambiarla si es necesario.

Primero que nada, no necesitas quitar la cadena y borra de tu cabeza la idea de usar limpiadores de queroseno o derivados del petróleo, eso pertenece a la vieja escuela. Lo único que lograrías usándolos es deteriorar tus partes si no los limpias correctamente al terminar, son demasiado fuertes para esta tarea. Como la mayoría de las transmisiones modernas son de 11 cambios, operan con tolerancias muy ajustadas, y cualquier elemento que desestabilice esto podría hacer un daño irreparable al mecanismo.

Con un pedazo de franela o un trapo de algodón sin hebras muy gruesas basta y sobra, si utilizas un desengrasante hecho específicamente para bicicletas, aplica desengrasante al gusto a lo largo de la cadena, y de camino en el paño que vas a usar.

Toma la parte inferior de la cadena y pliégala, así podrás tener mejor agarre al limpiar la mugre y tierra en los eslabones, ahora gira la cadena sobre el piñón mientras la sostienes con el paño y verás como toda la suciedad empieza a acumularse, sigue haciendo esto, cambiando a partes limpias del paño a medida que se vaya ensuciando demasiado.

Asegúrate de darle algo de cariño a las Jockeys mientras limpias lo demás, de lo contrario, toda la mugre que tienen guardada va a terminar en la cadena. Para limpiarlos efectivamente, envuelve una parte de tu paño sobre las jockeys, ten mucho cuidado de que no se atasque entre la cadena y los piñones, continúa este proceso hasta que no veas mas suciedad en el paño, esto podría tomarte unas cuantas pasadas dependiendo del abuso que le hayas dado a tu bicicleta, no te afanes.

De nuevo, hasta que el trapo no quede reluciente después de una pasada, no has terminado.

Limpia el Marco

Ahora a la parte monumental de esta limpieza, el marco. Empieza por desensamblar todo, desmonta las ruedas, las luces, ciclocomputadores, portacaramañolas y cualquier otra parte suelta que tengas en tu bicicleta.

Te recomendamos poner los cambios en lo más bajo que se pueda, esto reduce la tensión en la cadena y te hace la vida más sencilla a la hora de desmontar la rueda trasera, aguanta las ganas de usar una manguera o hidrolavadora, este es un asunto de paciencia y amor. Si te impacientas y la limpias con un chorro de agua, corres el riesgo de que el agua se filtre entre los rodamientos, nadie quiere andar con rodamientos oxidados, para eso existen soluciones diluidas hechas específicamente para limpiar tu marco.

Ya te habíamos mencionado lo fuertes que pueden ser los petroquímicos, si los usas para limpiar tu marco, lo más seguro es que pelen la pintura con el tiempo, sea cual sea tu elección de producto para limpiar el marco, asegúrate muy bien de no dejar residuos que podrían hacerle daño a tu bicicleta.

Aplica la solución al marco y usa un paño nuevo para limpiar, no olvides los rincones difíciles de alcanzar, fíjate bien en la horquilla, las uniones, y los frenos, entre más metódico seas, más te lo agradecerá tu impecable bicicleta.

Si tienes un grupo electrónico, ten cuidado al limpiar los cables, baterías y cualquier sitio por el que pasen corrientes eléctricas, no porque sea un peligro para ti, sino para el buen funcionamiento del sistema.

A limpiar las ruedas

Ahora que tienes un marco reluciente, es hora de prestarle atención a las ruedas.

Da lo mismo que tengas un set de carbono o de alguna aleación, la limpieza es igual, pero ten mucho cuidado con secar bien la superficie de frenado en los de carbono antes de volverlo a montar en tu bici, de lo contrario, prepárate para escuchar tu bici rechinando por la fibra húmeda.

Usa la misma solución que con el marco, limpia la superficie de frenado, los radios y los ejes, y listo, así de sencillo es.

Limpia el Cassette

Aprovechando que las ruedas están desmontadas, no hay mejor momento para limpiar el cassette.

Dependiendo de cuanta mugre tenga, tal vez tengas que sacarlo y limpiarlo por aparte, aunque si aplicas esta guía a menudo, seguramente no tendrás que preocuparte por eso.

No podemos advertirte esto lo suficiente, los limpiadores para bicicleta existen por una razón, no reclames cuando acabes con tu bicicleta usando queroseno o derivados del petróleo. Si acaban con las tolerancias de los cambios y pelan la pintura del marco, en el caso del cassette, corroen los componentes y te hacen la vida imposible cuando quieras lubricar y resulta que dejaste residuos de un limpiador que no deberías haber usado en primer lugar, lubricante y petróleo van peor que agua y aceite.

Para limpiar tu Cassette como se debe, aplica la misma teoría, un poco de buen desengrasante sobre el cassette, otro poquito en un paño limpio, inserta un pliego del paño entre los piñones y déjalo rodar, limpiando cada diente a medida que pase por el paño. Como siempre, si la mugre es demasiada, simplemente usa una parte del paño limpia y sé generoso con el desengrasante. Después de Limpiarlo todo

Nunca viene mal lubricar las partes luego de que todo esté reluciente, dependiendo del lubricante que uses, tendrás que hacerlo más o menos a menudo.

Por ejemplo, hay lubricantes para climas tranquilos y bicicletas casuales, y otros más viscosos para BMX y MTB, hechos para montar, llueva, truene o relampaguee. Sin importar cual de estos sea el apropiado a tus necesidades, cuando necesites reaplicarlo debes empezar con la parte inferior de la cadena.

Nunca lo apliques en la parte superior, y menos aún en el cassette, a medida que pedalees, el lubricante se verá impulsado hacia afuera, a lo largo de toda la cadena y lo que entre en contacto con ella, si lo aplicaste en cualquier otra parte prepárate para que se esparza por todos lados, hasta donde no quisieras tener lubricante.

Si lo hiciste bien y lo aplicas donde deberías, tu labor aún no ha terminado, luego de dejar que el lubricante haga su trabajo y entre en los lugares que debería, dale una última pasada a la cadena con el paño, no te preocupes por hacerlo muy a fondo, la idea no es quitar el lubricante de la cadena, donde debería estar, sino quitar el exceso que hay en el exterior y los lugares donde saldría volando si decidieras saltar este paso y simplemente montar.

Algunos consejos útiles para limpiar tu bicicleta

Pon tu bicicleta en el cambio más bajo para facilitar el proceso de quitar y poner la rueda trasera.
Aprovecha esta experiencia íntima con tu bicicleta para buscar daños, grietas en el marco u objetos enterrados en tus ruedas.
Usa paños de hebra fina, libres de pelusa, imagínate el daño que puede hacer un hilo si se atasca en una parte móvil.
Si tienes ruedas de carbono, nunca se puede ser demasiado cuidadoso a la hora de revisar que la superficie de frenado está absolutamente seca, solo toma un descuido, y tendrás ruedas chillonas
Distintas marcas de cadena tienen distintas formas de revisar el desgaste, asegúrate de conocer bien las de la tuya.
Cuando lleves tu bicicleta a mantenimiento general, aprovecha para que la revisen ojos profesionales
Cuando limpies la cadena, varía la presión apretando los lados y la parte superior de la cadena.
Ten muy en cuenta el clima y el uso que le darás a la hora de aplicarle un lubricante a tu cadena, es buena práctica variar según la temporada
Los lubricantes secos se usan para condiciones tranquilas, mientras que los húmedos y viscosos para un buen abuso.
Siempre lubrica desde la parte inferior, apuntando lejos de la bici, recuerda que la fuerza centrífuga haría que cada descuido salga volando.
Entre más limpies tu bicicleta, mejor rendimiento va a darte, y menos te va a costar el mantenimiento y partes nuevas.